viernes, 1 de julio de 2016

GUÍAS DE LECTURA PARA LA BIBLIOGRAFIA

          Guia de Lectura del texto “QUE ES EL ARTE” León Tolstoi.

1.       ¿Cuál es la imposibilidad de definir el arte desde la noción estética de la belleza?
2.       ¿En qué consiste la disciplina Estética para Tolstoi?
3.       ¿Es acertado explicar el arte de acuerdo al placer que sus manifestaciones nos expresan?
4.       ¿Cuál es el problema de las definiciones de arte existentes?
5.       ¿Es válido comparar al arte con el lenguaje? ¿Porqué?
6.       ¿Cuál es la relación del concepto de arte y el de comunicación?
7.       Reflexione lo que sucedería si no conociese el arte.

Guía de Lectura del texto Estética y Comunicación de Schuster

1.       ¿Cuál es el elemento del Proceso comunicacional que adquiere diferentes características en el arte? Fundamente.
2.       ¿Cuáles son las tres características del mensaje estético según Schuster?
3.       Defina el concepto de “lenguajes artísticos” según Schuster.

Guia de lectura del texto “El lenguaje artístico” Educación y Creación. De Nora Ros.

1.       Interprete la frase: “el arte es parte de la experiencia pública, ya que a través de él se manifiesta la propia cultura”.
2.       ¿Cuál es la función social del arte?
3.       ¿Por qué Nora Ros considera al arte como un medio de conocimiento?
4.       ¿Cuál es la relación entre el concepto de lenguaje de Vygotsky y el concepto de arte de Ros?
5.       ¿Como se produce la construcción del conocimiento?
6.       ¿Cuál es el valor de la actividad creadora?

Guía de lectura del texto “El porqué de la importancia del Arte en la Educación” de Carolina de Benito.

1.       ¿Cuál es la importancia del Arte en el desarrollo integral del niño?
2.       Analice la siguiente frase: “. El hombre se está convirtiendo en un observador pasivo de su cultura, antes que en un constructor activo de ella.”
3.       ¿Cuál es el valor de enseñar arte en la escuela?

Guía de Lectura del texto “El proceso de la comunicación” de David Berlo.

1.       ¿Cuál es el concepto de Comunicación de David Berlo?
2.       ¿Cuál es la importancia del propósito en la comunicación?
3.       ¿Cuáles son los elementos del modelo comunicacional propuesto por Berlo?
4.       ¿En qué consiste la retroalimentación en comunicación?
5.       ¿Cuáles son las dificultades mas comunes en una situación comunicacional?

Guía de lectura del texto “Las Industrias Culturales y el desarrollo de los países americanos” de García Canclini.
1.       ¿Cuál es el concepto de Industrias culturales de García Canclini?
2.       ¿Cuál es el impacto de los medios de comunicación para el desarrollo de las industrias culturales?
3.       ¿Qué es lo que provoca la desigualdad del acceso a las tecnologías de la comunicación en países de América?
4.       ¿Porque son necesarias las políticas culturales?

5.       ¿Considera que Argentina tiene potencial cultural y comunicacional para desarrollar las industrias culturales? ¿Y Jujuy?

ESTETICA Y COMUNICACIÓN

SCHUSTER, AMIGO: “Culturas y Estéticas contemporáneas”
                                   Ed. Aique. 2001. Buenos Aires. Argentina.

   El mundo de la estética, es decir el mundo de la sensibilidad, esta incorporado a nuestras acciones cotidianas y no solo cuando vistamos una exposición, vamos al cine o asistimos a un concierto. También esta presente cuando por ejemplo, admiramos la belleza de la puesta del sol, escuchamos la radio mientras nos vestimos a la mañana y suena una canción que nos gusta, elegimos un libro o decidimos que color vamos a pintar las paredes de nuestra casa. El mundo de la sensibilidad es aquel que accionamos cuando nos relacionamos con el placer de lo bello, o cuando realizamos actos creativos.      Esta relación a partir de nuestra sensibilidad puede analizarse como un proceso comunicacional que tiene características particulares.
   ¿Qué diferencia hay entre la comunicación que se establece entre una persona y un objeto estético y otros actos de comunicación cotidiana? Dentro de  los elementos que integran todo proceso comunicacional, el mensaje es el elemento que adquiere características mas especificas en la comunicación estética.
   Imaginemos que entramos a un negocio a comprar una prenda de vestir. La persona que nos atiende nos pregunta que estamos buscando y nosotros le explicamos las características de la prenda que buscamos. En ese acto comunicativo, el objetivo del mensaje que nosotros emitimos es que el encargado de atendernos entienda que estamos buscando. Pro su parte, el vendedor querrá asegurarse de que nos ofrece lo que este mas cerca de nuestras necesidades y estará interesado en vender. Cuando asistimos a una función teatral, en cambio, disfrutar de la obra es el objetivo fundamental de la obra teatral como mensaje estético. Lo mismo sucede con una canción o con una obra de arte plástico. Ese goce, ese disfrute, es el objetivo, la función de ese mensaje, mensaje que no espera una acción o una actividad practica concreta por parte de los receptores. En este sentido se dice que el mensaje estético es un mensaje por el mensaje mismo. Esta característica lo convierte en un mensaje muy diferente al mensaje de la comunicación cotidiana. Esto no significa que haya obras que buscan transmitir un mensaje social o político, pero aun en esos casos el mensaje artístico se dirige a despertar nuestra sensibilidad.
   El mensaje estético tiene tres particularidades esenciales: la ambigüedad, la autorreflexión, y la resignificación.

La ambigüedad.

   La ambigüedad de las obras artísticas consiste en que dejan abierta su significación a una multiplicidad de interpretaciones posibles.
   El cineasta español Luis Buñuel filmo en 1977, en Francia la película Ese oscuro objeto de deseo. Para el papel de Lola, su protagonista, Buñuel contrato a dos actrices diferentes: Carol Buquet y Ángela Molina. Cuando la película fue estrenada, los críticos cinematográficos sostuvieron grandes discusiones tratando de dilucidar que había querido transmitir Buñuel al utilizar dos actrices para desarrollar un solo personaje.       Dicen que Buñuel, divertido con la polémica, tardo mucho tiempo en reconocer que , simplemente la primera actriz de la película se había retirado de la filmación y tuvo que contratar otra actriz. En realidad no había ningún otro mensaje que decodificar. Esta multiplicidad de interpretaciones, esta ambigüedad en la que las relaciones entre los participantes de la comunicación incorporan varios sentidos al mismo tiempo es lo que caracteriza al mensaje estético, denominada función poética.
   La ambigüedad de las obras artísticas puede definirse como “el movimiento” que posee un mensaje estético que deja abierta su significación a una multiplicidad de interpretaciones posibles, sin embargo no hay interpretaciones infinitas. A pesar de la gran cantidad de significados posibles, estas interpretaciones tienen un marco, un límite, el material que conforma la obra. El material es la forma y el contenido que tiene la obra. Si pensamos en el dialogo de una obra de teatro, las palabras elegidas, esas y no otras constituyen al mismo tiempo la forma y el contenido al cual nos debemos ajustar para entender la obra artística. En el caso de un cuadro, la forma, los colores, las texturas, el conjunto de todos esos elementos constituye el material de la obra. Nosotros como receptores y para poder hacer hablar al producto artístico, debemos partir de la obra para encontrar su sentido.
   La ambigüedad funciona como un estimulo para que el receptor busque los sentidos que permiten la comprensión de la puesta teatral o de la canción. Es esa ambigüedad la que detona nuestra atención y evita el puro desorden al permitir que nosotros ordenemos el material que contiene la obra. 
La autorreflexión

   El mensaje estético nos induce necesariamente a un proceso de reflexión interna. Pensemos en nuestra canción favorita. Cuando la escuchamos, su letra y la música nos provocan recuerdos, alguna situación que hemos pasado, vinculamos su contenido con la situación del país, etc. Entre nosotros y la canción armaremos una relación que nos pertenece.
   Esta particularidad de la comunicación estética nos posibilita, a diferencia de la comunicación cotidiana, detenernos en el objeto de nuestra atención. Nos exige que miremos atentamente para poder interpretar los códigos del mensaje, nos da la posibilidad de atender a un material que emite mensajes que se renuevan, dinámicamente, manteniendo una organización.
La resignificación.

   En el proceso de la comunicación tiene lugar una permanente transmisión de significados. Nosotros como espectadores, introducimos sentidos propios en el proceso de comunicación con la obra artística.
   A través de la transmisión de sentidos se estabiliza nuestra relación entre el objeto artístico y nosotros.¿que significa que la relación se estabiliza? Significa que en la relación entre nosotros y la obra que en principio es abierta, vamos y volvemos a ella hasta optar por darle un sentido, un significado,  a veces mas duradero, a veces mas momentáneo. Pensemos por ejemplo en una película que nos ha conmovido. Al salir del cine es posible que lo único que podamos expresar es si la película nos gusto o “nos llegó”. Con el tiempo vamos recordando escenas, atribuyendo sentido a alguna de sus partes, recogiendo las impresiones que nos fue despertando y vamos ordenando esas impresiones. La comunicación estética tiene la particularidad de que su mensaje es re-significado desde la sensibilidad, desde el mensaje estético y desde nuestro propio entendimiento.
Los lenguajes artísticos

   En tanto fenómenos comunicativos y de transmisión de significados, la pintura, la escultura, la danza el teatro, la música, y todas las demás expresiones artísticas pueden ser caracterizadas como lenguajes. Sin embargo se trata de lenguajes singulares, distintos del lenguaje verbal cotidiano. Los modos de expresión de las artes no tienen las normas y la estructura constantes que tiene el lenguaje verbal. Los lenguajes artísticos constituyen un”sistema”especifico, coherente que se vale de códigos que se renuevan continuamente. Esta reformulación constante es una particularidad de las artes. Es necesario también diferenciar los distintos lenguajes artísticos entre si , ya que cada uno tiene medios  (procedimientos, métodos, técnicas, materiales…) que le son propios y que le permiten diferentes posibilidades expresivas . Cada lenguaje artístico tiene una lógica estructural particular que lo distingue de los otros.
  

miércoles, 13 de mayo de 2015

LAS INDUSTRIAS CULTURALES Y EL DESARROLLO DE LOS PAÍSES AMERICANOS


Néstor García Canclini

   Es ya un consenso internacional que las industrias culturales son el sector más dinámico del desarrollo social y económico de la cultura, el que atrae más inversiones, genera mayor número de empleos e influye a audiencias más amplias en todos los países. ¿Cuándo comenzó a ocurrir esta transformación? Se podría hablar de una incipiente industrialización de la cultura desde la invención de la imprenta, pero fue necesario que se sumaran otros avances tecnológicos y se expandiera la educación en los siglos XIX y XX para que se configurara una industria editorial, y luego las industrias audiovisuales (radio, cine, televisión, video, fonográfica). En la última etapa, el desarrollo electrónico y satelital, que generó nuevos modos de comunicación – por ejemplo, Internet – permite articular lo que antes se producía en forma separada en cada rama y en distintas naciones.

 Existen diversas definiciones de industrias culturales. En sentido amplio, podemos caracterizarlas como el conjunto de actividades de producción, comercialización y comunicación en gran escala de mensajes y bienes culturales que favorecen la difusión masiva, nacional e internacional, de la información y el entretenimiento, y el acceso creciente de las mayorías. En los últimos años, el énfasis en una u otra de estas actividades y funciones ha llevado a nombrarlas como “industrias comunicacionales”, “industrias creativas” (creative industries) o “industrias del contenido” (content industries), con lo cual se alude a que son medios portadores de significados que dan sentido a las conductas, cohesionan o dividen a las sociedades.

 La doble faceta de las industrias culturales – a la vez recurso económico y fuente de identidad y cohesión social – exige considerarlas con un doble enfoque: por un lado buscando el máximo aprovechamiento de sus aptitudes para contribuir al desarrollo de la economía, y por otro para que su afianzamiento económico favorezca la creatividad y la diversidad cultural.

 Industrialización de la cultura e integración americana

 La interrelación entre los países, en las Américas y en el resto del mundo, se modificó desde mediados del siglo XX gracias a las industrias culturales. Hasta hace unos cincuenta años la integración americana, o de cada región, sobre todo en América Latina, era un proyecto político-cultural, con débiles bases económicas y de interés para algunas élites en ciertos países, sin instrumentos comunicacionales para compartirlo con el conjunto de la población. Los movimientos latinoamericanistas, aunque invocaran la comunidad geográfica, lingüística e histórica, y a veces el enfrentamiento con poderes extrarregionales, eran más bien actos discursivos que movilizaban pocos recursos. Su mayor expresividad y difusión se logró a través de las artes plásticas, la literatura y algunas figuras emblemáticas del cine y la música, en la medida en que unas pocas películas argentinas y mexicanas, boleros, tangos y melodías andinas, lograban trascender las fronteras nacionales. El aumento de intercambios económicos y las nuevas condiciones comunicacionales facilitadas por las industrias de la cultura crearon una situación muy distinta. Si bien la prensa, la radio y el cine habían tenido cierto impacto en las sociedades desde principios del siglo XX, su difusión masiva va asociada a la urbanización y el acceso a la escuela en todas las clases sociales. Así como esos tres medios ayudaron a integrar a regiones desconectadas dentro de cada nación (Martín Barbero), también fueron dando condiciones para que cada nación conociera más de las otras. El desarrollo de la televisión desde los años sesenta, y a partir de los ochenta las transmisiones por satélite y cable, la miniaturización de las computadoras, el acoplamiento de la telefonía y la informática, completaron un sistema multimedia de redes que coloca en otro registro la integración de América Latina.

 Pero la interconexión a través de las industrias culturales es ambivalente. Expande los mercados, hace posible un mejor conocimiento virtual entre los países de la región y aporta valor añadido a los contenidos de los mensajes y obras generados en cada sociedad. Al mismo tiempo, bajo la lógica neoliberal, genera desafíos y conflictos: crea nuevas disputas por los usos del patrimonio cultural de cada pueblo y por los derechos de autor individuales y colectivos, tiende a acentuar la subordinación de los países débiles y a privilegiar los derechos comerciales de las megaempresas transnacionales. 

¿Quiénes se benefician con el aumento de publicaciones, músicas y espectáculos que se hacen con formatos industrializados? En primer lugar, unas pocas empresas que controlan la circulación en los mercados editoriales, fonográficos e informáticos, y la fusión multimedia de estos bienes en las cadenas cinematográficas, de televisión, discos y videos, de programas computacionales e Internet. Son empresas privadas que se desempeñan con relativa independencia de los Estados nacionales, incluso de aquellos países donde tienen sus sedes. Sin embargo, su acción es más independiente de los Estados en los países de desarrollo bajo o mediano, en tanto los países europeos tienen políticas públicas de protección de sus editoriales, su cinematografía y su televisión, y Estados Unidos subsidia en forma directa e indirecta a las empresas residentes en su territorio. A ello hay que agregar que en el enorme aumento del comercio internacional de bienes culturales (incrementado cinco veces durante los años noventa) concentra las ganancias en las naciones de la Unión Europea, Estados Unidos y Japón, quienes obtienen 275 mil millones de dólares, o sea 87.3 por ciento de los beneficios generados por la prensa, los libros, la televisión, la radio y el cine (Getino, 2002). 

 La acción transnacional de las grandes industrias culturales e informáticas está reconfigurando la esfera pública, la comunicación social, la información y los entretenimientos cotidianos en casi todo el planeta. Por una parte, como decía, esta interrelación mundial favorece el conocimiento recíproco entre culturas antes desconectadas y un acceso más diversificado de sectores amplios a los bienes y mensajes modernos. Pero la interculturalidad, y su diversificación de ofertas, siguen estando desigualmente repartidas. Las masas encuentran limitada su incorporación a la cultura globalizada porque sólo pueden relacionarse con la información y los entretenimientos que circulan en la radio y la televisión gratuitas. Únicamente las clases altas y medias, y pequeños sectores populares, acceden a la televisión por cable y algunos circuitos informáticos. Queda restringido a las élites empresariales, universitarias y políticas el uso de computadoras, fax, antenas parabólicas, es decir los circuitos de innovación e interactividad en las redes electrónicas. Si bien la extensión de la informática en la educación primaria y secundaria va ampliando las aptitudes para relacionarse con las últimas tecnologías comunicacionales, la posesión y el acceso de estos medios es todavía muy desigual. A diferencia de lo que ocurrió hasta los años setenta del siglo XX, cuando los Estados buscaban proteger las culturas nacionales mediante cuotas para la producción local y limitando los usos comerciales o privados del patrimonio, el eje del debate no puede reducirse ahora a planificación estatal o privatización de las acciones culturales dentro de cada nación. La lógica transnacional de los mercados editoriales, cinematográficos y musicales exige construir a la vez políticas de alcance nacional y políticas globalizadas. Es difícil modificar las asimetrías y desigualdades entre norte y sur, y aun entre los países latinoamericanos, si las políticas públicas se restringen al territorio de los Estados nacionales, y se dejan las relaciones culturales internacionales libradas a las decisiones mercantiles de las majors.

 La necesidad de diagnósticos y políticas diferenciales 

 El reordenamiento globalizado de la cultura no se comporta del mismo modo en las distintas industrias culturales. Voy a examinar brevemente las diferencias entre la producción editorial y de los medios audiovisuales. 

 Industria editorial. En tanto los libros y revistas van asociados a lenguas específicas, la industria editorial tiende a agruparse regionalmente. A diferencia de la música y las artes visuales, donde la interconexión es más fuerte entre América Latina y Estados Unidos, la mayoría de las editoriales latinoamericanas fueron vendidas a partir de los años ochenta a empresas españolas y a otras europeas, o se hallan subordinadas a programas de esas transnacionales. Las editoriales argentinas y mexicanas, y en menor grado la colombiana, tuvieron gran importancia entre los años cuarenta y setenta en el desarrollo nacional y en la integración de las sociedades de esta región. Sus publicaciones de autores de toda América Latina y España, así como las traducciones de libros europeos y norteamericanos fueron desvaneciéndose en los años recientes y dejando la iniciativa a empresas ajenas a la región.

 La hiperinflación, las devaluaciones y el derrumbe de varias economías latinoamericanas en las últimas dos décadas debilitaron este campo cultural. Algunas editoriales estadounidenses también fueron entrando en los mercados de América Latina, especialmente con libros de texto, técnicos y de autoayuda, que se hallan entre los de mayor venta. Mientras México está publicando entre 10,000 y 13,000 títulos anuales en la última década y la crisis argentina hizo descender de 11,000 a 3,500 sus ediciones de libros, España publicó 67,000 nuevos títulos en 2001 y Estados Unidos supera desde hace más de una década el medio millón. Muchas editoriales y librerías latinoamericanas, así como diarios y revistas, quebraron o redujeron sus ventas. El aumento internacional del precio del papel, la deserción escolar, la reducción general del consumo en los países de América Latina han tenido efectos altamente negativos en toda la región y agravan la disparidad con las metrópolis en el desarrollo cultural.

 Uno de los signos más elocuentes de la declinación cultural y económica que está ocurriendo en casi toda América Latina (salvo tres parciales excepciones: Brasil, Chile y México) es la pérdida de la industria editorial y de la relación entre lectura y educación, que fue decisiva en la formación de naciones y ciudadanías modernas. En tanto España exportó en 2001 libros por valor de 602 millones de euros, aumentando en 13.49 por ciento sus ventas del año anterior, en los países latinoamericanos cerraron centenares de editoriales y librerías. Mientras la industria editorial española se consolida entre las diez mayores de su país y aporta superávit a su balanza comercial, en la Argentina las ventas desde 1999 cayeron 50 por ciento, unas 300 librerías cerraron, se suspenden importaciones – incluso de libros de novelistas argentinos editados en el exterior – y obviamente se pierden empleos. El caso argentino es el más alarmante por haber tenido ese país una de las primeras leyes de alfabetización masiva del mundo, alto nivel educativo a lo largo de casi todo el siglo XX y por haber publicado, junto con México, a los principales autores latinoamericanos y traducciones tempranas de clásicos y contemporáneos: en Buenos Aires y México aparecieron entre los años cincuenta y setenta, antes que en Francia y Estados Unidos, excelentes versiones en español, entre otros, de Walter Benjamin, Martín Heidegger y Antonio Gramsci.

 Es igualmente inquietante el derrumbe de Perú y varios países centroamericanos, o el de Ecuador, que sufrió con la dolarización de 1999 una “expropiación” de ahorros semejante a la de Argentina a fines de 2001. La caída de este último país fue menos difundida, salvo durante los días del estallido popular que llevó a miles de indígenas a Quito, pero ha implicado el quiebre de 3,000 empresas, el aumento del desempleo y la migración súbita más alta del continente: se ha ido medio millón de ecuatorianos, o sea el 15 por ciento de la población económicamente activa, en el período 2000-2001. Son obvios los efectos negativos de largo plazo que esto tiene sobre el desarrollo social y cultural. 

Dos hechos, de signo opuesto, revelan diferentes formas de vitalidad cultural aún persistentes. Entre las varias ferias de libros (Bogotá, Buenos Aires, Santiago de Chile, Sao Paulo) que siguen siendo muy visitadas – de 300,000 a un millón y medio de personas – destaca la de Guadalajara por la repercusión internacional que le dan su acertada organización y el ser un foro de profesionales del mundo editorial de muchos países. Además de crecer cada año como lugar de comercialización de derechos de autor, centenares de bibliotecarios de Estados Unidos la convirtieron en sitio preferido para hacer compras para sus universidades, llegando a alrededor de 12 millones de dólares en 2001. Por supuesto, obtienen las mayores ganancias los editores españoles o las transnacionales que controlan la mayor parte del mercado en castellano (Planeta, Random House Mondadori y Santillana). Es notable que esta dinámica y prestigiada feria no haya promovido el desarrollo de una industria editorial local, ni fortalecido la existente en otras zonas de México.

 El otro hecho que deseo destacar es que, frente a la casi total ausencia de políticas culturales de Estado que protejan e impulsen el campo editorial, las crisis recientes han estimulado movilizaciones importantes en varios países. En México escritores, editores y libreros impugnaron en estos primeros meses de 2002, en manifestaciones y acciones mediáticas, las reformas legales con las que el gobierno colocó nuevos impuestos a los libros y retiró exenciones a autores y editores; dialogaron enérgicamente con los legisladores y consiguieron algunas mejoras. En estos mismos meses, intelectuales, artistas y productores culturales argentinos crearon varios foros para la defensa de las industrias culturales: buscan fortalecer la aprobación de la demorada ley del libro, otra ley que promueva el mecenazgo, y proponen medidas de protección a las empresas culturales de capital nacional.

 Industrias audiovisuales. La producción cinematográfica y musical, junto con la informática, son las que producen mayores beneficios, llegan a públicos más vastos y se expanden con ritmos más veloces. Es importante aclarar que, aun cuando son cada vez más interdependientes, como luego analizaré, sus ritmos y condiciones de avance o decrecimiento mantienen cierta autonomía. 
 El cine, por ejemplo, tuvo una caída de público en muchos países durante la década de los ochenta y en el último decenio muestra recuperación. En América Latina las salas tradicionales, que fueron deteriorándose y no dispusieron de inversiones durante muchos años, cerraron unánimemente. Los cines mexicanos, que en 1984 tenían 410 millones de espectadores, bajaron a principios de los años noventa a 170 millones En rigor, este derrumbe de las salas no implica que el cine desaparezca, sino que la televisión y el video están trasladando a la casa el lugar de acceso a las películas. Si las empresas norteamericanas aprovechan mejor esos cambios tecnológicos y de hábitos culturales es porque se adaptan más rápido que las de otros países, los impulsan y logran controlar los circuitos de distribución y exhibición en casi todo el mundo, tanto interviniendo en la TV y el video como en las redes de salas.

 De este modo, se viene remontando la decadencia del cine en espacios públicos. Comenzaron a aparecer conjuntos de microsalas en ciudades grandes y medianas de América Latina, con instalaciones de tecnología visual y sonora avanzada y butacas más confortables. Los espectadores están valorando el atractivo de estas innovaciones, así como en la emisión de boletos - en algunas ciudades latinoamericanas pueden comprarse por teléfono en máquinas interactivas -, todo lo cual reduce personal, evita la reventa y estimula el regreso del público a las salas. 

 ¿Qué quieren ver los espectadores que van a los cines o rentan películas para llevar a casa? Principalmente filmes de acción , de un cine-mundo que muestra espectáculos filmados con tecnología sofisticada y mitos inteligibles por audiencias de cualquier cultura. Hay minorías que se interesan por dramas íntimos e historias de sociedades diferentes, aunque estas líneas son más atractivas para los públicos latinoamericanos que para los estadounidenses, en consonancia con el papel de la telenovela como formadora sentimental y entretenimiento masivo. De todas maneras, las encuestas dicen que más de la mitad de la audiencia prefiere los espectáculos de acción a los dramas, las comedias y la ciencia ficción. Es comprensible que estos gustos inclinen a ver cine hollywoodense, o sea el que más temprano desarrolló relatos atractivos por su énfasis en la acción. 

En los últimos años hay intentos de coproducción entre países latinoamericanos y con España, pero se trata de acciones aisladas, con bajo apoyo de los Estados latinoamericanos y sin acciones a escala continental que aprovechen el hecho de contar con un mercado de casi 600 millones de habitantes, si se suma América Latina, España y los hispanohablantes en Estados Unidos. El único programa significativo encarado por algunos países latinoamericanos y España, Ibermedia, ha impulsado la producción de algunas decenas de filmes, pero no logra aún facilitar la distribución. Hay poca capacidad de defender la exhibición del cine en castellano cuando capitales estadounidenses, y en menor medida canadienses y australianos, se apropian de la distribución en salas, la venta y alquiler de videos y de buena parte de la programación y la publicidad televisiva. Fracasan, como ocurrió en México, proyectos de ley para dedicar una pequeña cuota de las entradas a salas de cine para financiar películas nacionales. En la Argentina, donde la ley se aprobó, los gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa destinaron los fondos que debían financiar las nuevas películas a cubrir déficits de cuentas nacionales y deuda externa. 

 Aun en medio de las crisis económicas (México, 1994; Brasil, 1998; Argentina, 2001) las industrias audiovisuales de estos países mantienen cierta vitalidad. Los cuatro países que componen el Mercosur alcanzaron a generar con su industria audiovisual en el último año 12 mil millones de dólares, incluyendo solamente la facturación publicitaria, abonos de TV de pago y entradas a salas de cine. La cifra sería bastante mayor si se agregara lo producido por otras industrias vinculadas al audiovisual, como la radio y el disco, y las de señales satelitales o las dedicadas a fabricación de máquinas, equipos e insumos que requiere este complejo industrial. 

 La dimensión social y económica de este sector, en la región del Mercosur, estima Octavio Getino, abarca “más de 50 millones de hogares, a los que llega diariamente la programación de unos 350 canales de origen de TV abierta y cerca de 3 mil emisoras repetidoras, con una facturación publicitaria estimada en alrededor de 4,500 millones de dólares.” 

 Estos datos indican el lugar significativo que ocupa la televisión en la industria audiovisual. Se está produciendo una interacción mayor entre las cadenas estadounidenses y las latinoamericanas, sobre todo con las cuatro empresas de América Latina que concentran casi el 90 por ciento de la exportaciones de programas televisivos, cine y video: Televisa, Rede Globo, Venevisión y Radio Caracas TV. Televisa encabeza el negocio en América Latina acercándose al 50 por ciento del total de operaciones: “sus ventas netas al extranjero evolucionaron, de 9,9 por ciento en 1993 a 17.6 por ciento en 1997. 75.3 por ciento del valor de sus exportaciones y 97 por ciento de sus importaciones en 1997 se originaron en Estados Unidos.” “La alta proporción de exportaciones a Estados Unidos se explica en virtud de la manera diferencial en que se establecen los precios de programas televisivos en el mercado internacional, en términos del “poder adquisitivo” de cada país. Para dar un ejemplo, en 1990 Centro y Sudamérica compraron 71 por ciento de las horas / programa que Televisa exportó, pero esto constituyó sólo 37 por ciento de los ingresos recibidos. Estados Unidos, por otra parte, recibió solamente nueve por ciento de los ingresos totales por ventas al exterior.” (Sánchez Ruiz) 

 Hay que señalar, aun dentro de este sintético panorama, que si bien la tendencia predominante en el mercado es el consumo de televisión abierta, y en este campo disminuye la programación importada de Estados Unidos, en la televisión paga, que se expande rápidamente entre segmentos altos y medios, siguen siendo elevadas las importaciones.

 Escenarios futuros

 El paisaje descripto revela, en la opinión de muchos expertos, y aun de organismos internacionales que han realizado diagnósticos sobre las industrias comunicacionales y las políticas de desarrollo, la necesidad de encarar acciones públicas respecto de estas industrias. Asimismo, se señala que es indispensable superar la escala nacional y pensar en un espacio cultural público transnacional. El tamaño de las acciones necesarias requiere programas regionales en los que se coordinen actores nacionales (en el interior de cada país para reconocer su diversidad) con organismos latinoamericanos (OEA, CEPAL, SELA, Convenio Andrés Bello, etc.) que construyan una normatividad y programas socioculturales y económicos de desarrollo en esta área acompañando los acuerdos de libre comercio. Una primera tarea es lograr que las industrias culturales sean incluidas en la agenda pública de los convenios de integración e intercambio.

 Cabe destacar el papel estratégico de los organismos internacionales para crear estructuras institucionalizadas ágiles y menos burocráticas, apoyar diagnósticos de potencialidad regional y coordinar programas de cooperación entre países, de éstos con las empresas nacionales y transnacionales, y con organismos de la sociedad civil. Una nueva relación cultural de las industrias culturales con las escuelas, y la formación de actores societales (organismos de televidentes, públicos de cine, ombudsman de los medios) son de primera importancia para modificar la función social de estas industrias y hacerles trascender su unilateralidad mercantil.

 Como escribió Martín Hopenhayn, las industrias culturales implican muchas dimensiones de la vida social: “las grandes inversiones editoriales, los programas culturales en la televisión abierta, las redes de lectores en Internet, las transmisiones no comerciales en radios comunitarias, la proliferación de revistas especializadas en las más variadas artes y tendencias, y otras tantas combinaciones en un universo de circulación cada vez más versátil.” Esta convergencia entre variados actores culturales, educativos, empresariales y sociales corresponde al modo en que hoy se potencian mutuamente las telecomunicaciones, las tecnologías de información con las de entretenimiento. 

 Estas son algunas de las razones por las cuales hacer políticas culturales implica ahora ocuparse con nuevos criterios y objetivos de las industrias comunicacionales. Defender la identidad y la diversidad cultural, o el uso democrático de patrimonios intangibles, como se enuncia en los discursos de organismos públicos, es algo con poco sentido y eficacia si lo que se dice y se hace queda enmarcado en el territorio de cada nación, y se limita a los campos de las bellas artes y las culturas tradicionales de carácter local. 

 Es urgente para los países latinoamericanos diseñar políticas de mantenimiento y promoción activa de la diversidad cultural en la época previa al 2005. Se estima que el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas propuesto para esa fecha por Estados Unidos va a abarcar un mercado de casi ochocientos millones de personas. Algunas estimaciones suponen que esta zona representa el cuarenta por ciento del comercio mundial. Es de vital interés para los organismos artísticos, los movimientos sociales y políticos, así como los ministerios de cultura, alcanzar una posición que beneficie, en esa negociación, las relaciones históricas y actuales entre los países latinoamericanos y reduzca la asimetría con las metrópolis. Si encaramos desde ahora esta tarea, con estudios regionales y prospectivas económicas y culturales, tal vez sea posible situarnos en posiciones productivas. Será el modo más inteligente de defender la diversidad cultural.

 En la misma dirección, es clave legislar en cada país y en la región antes de que el ALCA lo haga sobre las industrias culturales y sobre los modos actuales de gestión del patrimonio. Dada la envergadura transnacional de los acuerdos, si hacemos leyes sólo dentro de cada país no tendrán sustentabilidad. Es indispensable el trabajo de los organismos internacionales para efectuar estudios regionales, sensibilizar a los responsables de cada país y llegar a acuerdos practicables. Una primera tarea de instituciones como la OEA y el BID sería lograr que en todas las áreas de esas negociaciones se evite dejar librados los movimientos culturales, de información y entretenimiento, al simple juego de los inversores y la especulación mercantil. No se trata de detener la globalización, sino de intervenir en sus paradojas: ya que es capaz de intensificar la comunicación y los intercambios, hay que reorientarla cuando los limita o sesga debido a la concentración monopólica, en otras palabras, cuando la subordinación de las industrias culturales a los mercados bursátiles asfixia a los productores locales y las expresiones minoritarias.

 Se han mencionado en los últimos años, en la bibliografía especializada (Getino, Martín Barbero, Sánchez Ruiz) algunas iniciativas de acciones culturales distributivas y reguladoras que se consideran necesarias después del período de extrema desregulación en el cual crecieron las industrias culturales durante la innovación y las radicales transformaciones recientes: “mientras la audiencia se segmenta y diversifica, sostiene Jesús Martín Barbero, las empresas de medios se entrelazan y concentran constituyendo en el ámbito de los medios de comunicación algunos de los oligopolios más grandes del mundo.” Así se va instalando la tendencia a uniformar los contenidos y abaratar la calidad. Este desencuentro entre la globalización diversificada de la oferta y la homogeneización mercantil de las audiencias es aplicable, ante todo, a las políticas de estandarización transnacional de los públicos que despliegan tanto los canales estadounidenses (CBS, CNN) como los latinoamericanos (Televisa, el Grupo Cisneros).

 También cabe extender la preocupación a las iniciativas dirigidas a homogeneizar el espacio cultural de América Latina. En el ámbito televisivo, se discute si conviene crear un canal público latinoamericano. Jesús Martín Barbero sostiene que “la mejor integración cultural no se produce mediante un canal – en el que la mezcla continua acabaría indiferenciando las procedencias – sino favoreciendo la presencia constante de expresiones de los otros latinoamericanos en los canales habituales de cada cual. En resumen más que centralizar en un solo canal lo latinoamericano sería preferible que en los canales de cada país se nos dé la posibilidad de comprender lo latinoamericano desde el punto de vista de la identidad y el contexto de vida propios, de lo contrario cualquier información o manifestación cultural indiferenciada referida al mundo latinoamericano difícilmente será relacionable con la propia realidad.” 

 En áreas vinculadas a la información, como la prensa, radio y televisión producidas en cada país, varios autores sugieren limitar a menos del 50 por ciento la inversión extranjera, y fijar para los medios audiovisuales (incluido el cine) un mínimo de programación nacional y regional. Respecto de las películas el porcentaje clásico del 50 por ciento de tiempo en pantalla se ha vuelto impracticable por el achicamiento de la producción nacional, aun en los países con mayor filmografía. Pero una cuota básica es imprescindible para que el control creciente de la distribución y exhibición por empresas estadounidenses no bloqueé, como está ocurriendo, el conocimiento de películas del propio país. También importa reglamentar la publicidad en canales audiovisuales y el acceso del conjunto de la sociedad a acontecimientos e información de interés público. La creación de condiciones equitativas de información y competencia requiere fomentar la diversidad de voces en cada emisora, incluidas las que disienten de la línea editorial o comunicacional de la empresa, y proteger el derecho de réplica.

 Por último, es preciso decir que la construcción fundada de políticas en estos campos exige crear indicadores culturales, como propone la UNESCO en sus Informes Mundiales de Cultura (1998 y 2000), que, en forma análoga a los indicadores educativos y de salud, establezcan sistemas flexibles internacionalmente consistentes para evaluar el desarrollo cultural. No se trata, por supuesto, de pretender decidir si una cultura está más desarrollada que otra. Más bien se busca, aceptando la diversidad histórica, de estilos y proyectos de cada sociedad, apreciar en qué grado las estructuras y políticas existentes contribuyen a la integración, evitan discriminaciones, fomentan que grupos diversos se autodeterminen y encuentren oportunidades parejas de creatividad y comunicación (UNESCO, 2000: sexta parte). En América Latina aun los países en los que existe mayor producción cultural carecen de suficientes estadísticas culturales, y por tanto no es posible efectuar comparaciones regionales que faciliten la cooperación y los intercambios. La investigación y la sistematización pública de la información sobre inversiones, producción, difusión y consumos culturales, sobre importaciones y exportaciones, sobre la potencialidad cultural y comunicacional de cada sociedad, es básica para desarrollar políticas sustentables e innovadoras.

 Biografía 

   Convenio Andrés Bello y Ministerio de Cultura de Colombia, Economía & Cultura. Un estudio sobre el aporte de las industrias culturales y del entretenimiento al desempeño económico de los países de la Comunidad Andina. Informe preliminar. Definiciones básicas, pautas metodológicas y primeros resultados en Colombia, Bogotá, noviembre de 1999.
   Del Corral, Milágros y Salah Abada.“Cultural and economic development through copyrigth in the information society” en World Culture Report. Francia. UNESCO. 1998. 
   García Canclini, Néstor (coord.) La globalización imaginada, México, Paidós, 1999. 
  Getino, Octavio. “Economía y desarrollo en las industrias culturales de los países del Mercosur” Conference on Culture, Development, Economy. New York University. Center for Latin American and Caribbean Studies. 11 al 13 de abril de 2002.
  Hopenhayn, Martín. “Promoción y protección de la creación y la creatividad en Iberoamérica: las ventajas del hacer y los costos del no hacer”. Documento inédito.
  Keane, John, “Structural transformations of the public sphere” en The Communication Review. 1 (1), San Diego, California, 1995. 
  Kliksberg, Bernardo y Luciano Tomassini (compiladores), Capital social y culltura: claves estratégicas para el desarrollo. Argentina. Banco Interamericano de Desarrollo / Fondo de Cultura Económica / Fundación Felipe Herrera / Universidad de Maryland. 2000.
   Martin Barbero, Jesús, “Nuevos mapas culturales de la integración y el desarrollo” en Kliksberg-Tomassini (compiladores). op. cit., pp.335-358. “Los medios de comunicación en el espacio cultural latinoamericano”. Documento inédito.
 Sánchez Ruíz, Enrique E. “Globalización y convergencia: retos para las industrias culturales latinoamericanas” en Revista Universidad de Guadalajara. Número 20. Otoño 2000. Págs. 38 a 54 Saravia, Enrique, “El Mercosur cultural: una agenda para el futuro”, en Gregorio Recondo (compilador), Mercosur: La dimensión cultural de la integración, Buenos Aires, Ciccus, 1997.    Stolovich, L., J. Mourelle, La cultura da trabajo. Impacto económico y ocupacional de las actividades culturales en Uruguay, CIDEUR, Uruguay, sin fecha. 
 Throsby, D. “The role of music in international trade and economic development”, en World Culture Report, París, UNESCO, 1998. Trejo Delarbre, Raúl. “La internet en América Latina” conferencia presentada en el seminario Integración económica e industrias culturales en América Latina y el Caribe. SELA-Convenio Andrés Bello. Buenos Aires, Argentina, 30 y 31 de julio de 1998. UNESCO, Nuestra diversidad creativa: informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo, Madrid, Ediciones UNESCO / Fundación Santa María, 1997. 
 World Culture Report, Culture, creativity and markets, París, UNESCO, 1998. 
 World Culture Report, Cultural diversity, conflict and pluralism, París, 2000a.
 International flows of selected cultural goods 1980-98, París, UNESCO, 2000b.
 Warnier, Jean Pierre, La mondialisation de la culture, París, La Découverte, 1999. 
 Yúdice, George. “Las relaciones EEUU-América Latina ante la integración Latinoamericana y el Iberoamericanismo”, ponencia preparada para el seminario “Agendas intelectuales y localidades del saber: un diálogo hemisférico” organizado por el Social Science Research Council (de Estados Unidos) Centro Cultural Casa Lamm, México D.F., 5 y 6 de octubre de 2001.

miércoles, 10 de abril de 2013

A los alumnos del espacio ARTE Y COMUNICACIÓN de la la carrera Profesorado de Artes en Danza, le doy cordialmente la bienvenida a la cursada 2013.- Este espacio digital, constituye un medio a través del cual podremos intercambiar material bibliográfico y a la vez estar informados de todas las acciones que se desarrollen durante la cursada, informacion que estará a disposición suya las 24 hs. Comenzamos a recorrer este espacio con la espectativa de hacer de las posibilidades que ofrecen los medios digitales una herramienta útil y eficaz. Atentamente. Javier Medina

domingo, 29 de julio de 2012

HORARIO DE CONSULTA PARA ENTREGA DE TRABAJO FINAL - CURSADA 2012

LUNES Y MIÉRCOLES DE 18 A 20 HS. EL VIERNES DE 18 A 19 HS. SALA 2

lunes, 23 de julio de 2012

NOTAS DE EXAMEN PARCIAL CURSADA 2012

ABAD, Joaquín 7 (siete)- ACOSTA, Estela 6 (seis)- APARICIO, Paula 7.50 (siete, 50ct.)- ARAMAYO, Silvana 4 (cuatro)- CALIZAYA CAHIZUMBA, Silvia 7 (siete)- CARRILLO, Rosa 7 (siete)- COZZI, Gabriela 7 (siete)- CUNCHILA, María 7 (siete)- DIAZ, Leila 8 (ocho)- LAIME, Josefina 7.50 (siete,50 ct.)- LIMACHE, Ángela 7 (siete)- LOZA, Isabel AUSENTE- MAMANI, Adrián 8 (ocho)- MARTINEZ, Hebe 7 (siete)- MARTINEZ, Ivana 7 (siete)- MARTINEZ, Liliana 9 (nueve)- MORALES, Fabián 7 (siete)- MUÑOZ, Valeria 6 (seis)- PAREDES, Luis 8 (ocho)- PAZ, Fernando (siete)- ROJAS, Leonardo 8 (ocho)- SENATORE, Celeste 6 (seis)- SUBELZA, Victor AUSENTE- TOLABA, Gabriel 6 (seis)- TOLABA, Mariel AUSENTE- VALDIVIA, Diego 7 (siete)- ESPERO LOS AVANCES DEL TRABAJO FINAL. GRACIAS PROF. JAVIER MEDINA

miércoles, 11 de julio de 2012

EL LENGUAJE ARTÍSTICO, LA EDUCACIÓN Y LA CREACIÓN. Nora Ros. Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Argentina

A qué nos referimos cuando hablamos de Arte? “El arte y el hombre son indisociables. No hay arte sin hombre, pero quizá tampoco hombre, sin arte. Pero él, el mundo se hace más inteligible y accesible, más familiar. Es el medio de un perpetuo intercambio con lo que nos rodea, una especie de respiración del alma, bastante parecida a la física, sin la que no puede pasar nuestro cuerpo. El ser aislado o la civilización que no llegan al arte están amenazados por una secreta asfixia espiritual, por una turbación moral” René Huyghe 1. INTRODUCCIÓN El Arte, en sus más diversas expresiones, es una actividad eminentemente social, que se hace presente en la vida cotidiana del hombre. Es un aspecto central de su vida que lo ayuda a diferenciarse del resto de los seres vivos ya que él es el único capaz de producirlo y disfrutarlo. El Arte ocupa un lugar destacado para todos, es parte de la experiencia pública, ya que a través de él se manifiesta la propia cultura. Es sabido que el hombre posee distintos niveles de actividad, algunas de ellas están referidas a lo utilitario, otras a lo científico y otras a lo artístico. La actividad utilitaria responde en primera instancia a una necesidad de subsistencia y producción para la subsistencia. La actividad científica apunta a satisfacer una necesidad de conocimiento estricto y riguroso que debe fundamentarse y demostrarse. La actividad artística, múltiple e integradora, tiene distintas funciones en diversas culturas, épocas históricas y grupos sociales, pero quizás la más importante sea la de lograr comunión, producir armonía en la personalidad, dar placer, reflejar la vida y la realidad, reflejar conflictos internos o sociales, estructurar la moral y desarrollar la capacidad creadora, base de todo nuevo descubrimiento científico que ayuda a satisfacer y mejorar la subsistencia. Desde una mirada actualizada podemos considerar al Arte como un lenguaje, plasmado en el objeto de arte. El objeto de arte presenta un proceso de elaboración o conformación de un objeto material que, de acuerdo a la forma que recibe, expresa y comunica el contenido espiritual de manera objetiva. El hombre por medio del objeto de arte satisface sus necesidades estéticas de conocimiento, manifiesta su ideología, su subjetividad, su visión de la realidad. El objeto de arte le permite objetivar el vínculo existente entre su personalidad, la estructura cultural de la época y el medio social al que pertenece que de alguna manera lo condiciona, pero al que puede llegar a modificar. (Stokoe, P. 1990; Terigi, F. 1998). Hoy en día, gracias al avance de los elementos multimediales y de comunicación, estamos rodeados de infinidad de mensajes que involucran lo artístico. Algunos de ellos son directos y de fácil lectura, pero existen muchos otros donde subyacen diversos elementos de doble lectura, donde el significado y el significante se encuentran “alejados”, donde subyacen diversos elementos ideológicos complejos que es necesario analizar ya que están adheridos a valores culturales que no siempre coinciden con el tipo de sociedad que queremos. En este sentido se puede considerar al Arte como un medio específico de conocimiento, ya que nos permite conocer, analizar e interpretar,producciones estéticamente comunicables mediante los diferentes lenguajes simbólicos (corporales, sonoros, visuales, dramáticos, literarios), y es aquí, por lo tanto, donde entran en juego los procesos de enseñanza-aprendizaje. 2. EL ARTE Y LA EDUCACIÓN La génesis social de la conciencia individual L. Vygotsky, plantea, que la relación del individuo con su realidad exterior no es simplemente biológica, ya que por intermedio de la utilización de instrumentos adecuados puede extender su capacidad de acción sobre esa realidad. Entre estos instrumentos, le atribuye un lugar especial al lenguaje, que es el que permite al individuo actuar sobre la realidad a través de los otros y lo pone en contacto con el pensamiento de los demás, con la cultura, que influyen recíprocamente sobre él. De esta manera puede afirmarse que el pensamiento, como las demás funciones psíquicas superiores, tienen un origen social, son la consecuencia de una relación social y no el resultado del despliegue de las posibilidades de un individuo aislado. Para Vygotski el lenguaje es el instrumento que regula el pensamiento y la acción. El niño al asimilar las significaciones de los distintos símbolos lingüísticos que usa, su aplicación en la actividad práctica cotidiana, transforma cualitativamente su acción. El lenguaje como instrumento de comunicación se convierte en instrumento de acción. El lenguaje, y a través de él la cultura, tienen una influencia decisiva en el desarrollo individual. El desarrollo de las conductas superiores es una consecuencia de la internalización de las pautas de relación con los demás. Por lo tanto, las posibilidades de aprendizaje pueden ser elevadas como consecuencia de la relación social. Aquí es importante diferenciar las posibilidades de aprendizaje que el niño es capaz de ejercer por sí solo, de las que podría desarrollar en un marco social adecuado, que es lo que Vigostky denomina desarrollo potencial. Tras las consideraciones realizadas desde el punto de vista vigotskiano, creo que el problema del conocimiento debe ser contemplado atendiendo a su génesis social o sea a las influencias que tienen sobre él las relaciones sociales. Estas relaciones, se refieren sobre todo a las relaciones del mundo adulto, con la cultura adulta, capaz de proporcionar a los niños los estímulos y las enseñanzas adecuadas para el desarrollo de su pensamiento y, en general, de sus diferentes funciones psíquicas superiores. Por lo tanto, retomando la definición de Arte como lenguaje (musical, corporal, plásticovisual, oral y escrito), elemento eminentemente social, es indispensable su inclusión en el proceso de aprendizaje, ya que a través de él el pensamiento individual se apropia de la cultura del grupo humano al que se pertenece y la acrecienta. “Conocer es construir, no reproducir. La concepción constructivista del ser humano supone la idea de que el sujeto cognitivo y social no es el mero producto del ambiente ni de la herencia, sino el resultado de un proceso dialéctico que involucra ambos aspectos. Por tanto, el conocimiento no es un reflejo del mundo sino una construcción elaborada por el sujeto en la que participan sus experiencias previas, la ideología, los saberes acumulados y las representaciones e imaginarios sociales. Cabe agregar que en esta epistemología, el acceso al conocimiento, su producción y comunicación no se limita a la palabra sino que se extiende al hacer en todas sus manifestaciones”. 3. VALOR EDUCATIVO DEL ARTE. EL ARTE, LA CREATIVIDAD Y EL APRENDIZAJE En educación las artes son disciplinas tradicionales. Desde la antigüedad han ocupado un espacio relevante en lo que se considera que debe formar parte de la educación del hombre. Sin embargo, durante mucho tiempo el Arte, a través de la Educación Artística ha ocupado un lugar periférico en los diseños curriculares en relación con otras áreas consideradas centrales. En diversos momentos se la ha tomado como un espacio dedicado al ocio, al entretenimiento; a la libre expresión de emociones y sensaciones... o a diversos intentos que le adjudicaban funciones de naturaleza terapéutica y de apoyo a las asignaturas "relevantes" a través del desarrollo de la motricidad. Estas valorizaciones educativas se deben, en parte, a que a partir de la Modernidad la visión del Hombre y del Arte que presentó la sociedad occidental estuvo fuertemente impregnada por el pensamiento positivista. La filosofía positivista asumió ante el conocimiento una actitud cientificista. Esta postura fomentó la idea de que el único conocimiento válido era solo aquel que podía obtenerse a través el método de las ciencias, o sea el conocimiento fáctico, empírico, observable. Esta visión, por lo tanto, relegó objetos de saber, como son los procesos psicológicos, ideológicos, culturales, sociales, que no podían ser totalmente observados ni controlados experimentalmente y por lo tanto no alcanzaban el grado de cientificidad requerido. Actualmente, en nuestro país, a partir de la reforma planteada por la Ley Federal de Educación 24 195 (1993), encontramos al Área Artística planteada como aquella que debe brindar a los alumnos la posibilidad de conocer los códigos de las distintas disciplinas que la integran: Música, Expresión Corporal, Plástica y Teatro (esta última si bien no se plantea explícitamente en los documentos curriculares para el Nivel Inicial, en la práctica se la utiliza permanentemente). Estos conocimientos son necesarios para acceder a las distintas experiencias creativas existentes y por lo tanto saberse capaces y con derecho a disfrutarlas y también a producirlas. Desde una perspectiva escolar, como fundamento teórico del Área Artística, podemos tomar a la “Educación por el Arte.”, teoría sustentada por Herbert Read, que propone no hacer de todos los individuos artistas, sino acercarles los lenguajes de las disciplinas artísticas que les permitan nuevos y distintos modos de comunicación y expresión, desarrollando las competencias individuales interrelacionadas con lo social, a través de la sensibilización, la experimentación, la imaginación, y la creatividad. En la filosofía de la Educación por el Arte no se pretende formar artistas profesionales, sino formar un pueblo que practique y disfrute actividades artísticas, hechos creativos, o sea reivindicar los lenguajes artísticos como formas estéticas de comunicación entre los hombres. (Stokoe, 1990) El hecho creativo es el resultado de una serie de simbolizaciones, vivencias y asimilaciones de conocimientos, es una síntesis de componentes cognitivos, afectivos, sociales e imaginativos. Sin aprendizaje no hay creatividad posible. La actividad creadora aparece entonces como una forma de relación especial, ya sea entre los niños y el adulto o de los niños entre sí, con un claro valor educativo. Pero, la actividad creadora muchas veces no es considerada en nuestro sistema educativo como una actividad apropiada para el desarrollo de los aprendizajes en el aula ya que la mayoría de las personas creen que la creatividad o la creación es un “don” privativo de algunos elegidos a los cuales se los encuadra dentro de la categoría de artistas, talentos, descubridores, genios, etc. Puede afirmarse que esto no es así y para sustentarlo me remitiré a las palabras de L. S. Vigotsky “Llamamos actividad creadora a toda realización humana creadora de algo nuevo, ya se trate de reflejos de algún objeto del mundo exterior, ya de determinadas construcciones del cerebro o del sentimiento que viven y se manifiestan sólo en el propio ser humano.” Toda actividad creadora posee como base a la imaginación que se encuentra manifestada por igual en los aspectos culturales, científicos o técnicos de la vida del Hombre. Todo lo que no tenga que ver con el mundo de la naturaleza y sí con el de la cultura es el resultado de la imaginación y de la creación humana. Por lo tanto, todos los seres humanos poseemos capacidad para la creación. Esto puede entenderse mejor si observamos que en la actividad del hombre, en su conducta, se distinguen dos tipos básicos de impulsos. Uno que podría llamarse reproductor o reproductivo, relacionado directamente con la memoria, ya que el ser humano tiene la capacidad de reproducir , repetir normas de conducta ya creadas y elaboradas, y de volver a vivir experiencias pasadas. Pero, si nuestro cerebro se limitara a conservar experiencias anteriores, el hombre no sería capaz de tener una reacción adaptadora ante cualquier cambio que se produjese en su medio ambiente. Sabemos que esto no es así, por lo tanto se puede decir entonces que, junto a esta función memorizadora, el cerebro posee otro impulso, otra función que es la que combina y crea. “Toda actividad humana que no se limite a reproducir hechos o impresiones vividas, sino que cree nuevas imágenes, nuevas acciones, pertenece a la función creadora o combinadora. El cerebro no se limita a ser un órgano capaz de conservar o reproducir nuestras pasadas experiencias, es también un órgano combinador, creador... .Es la actividad creadora del hombre la que hace de él un ser proyectado hacia el futuro, un ser que contribuye a crear y que modifica su presente.” Durante las actividades creativas, dramatizaciones, teatros de sombras, mimos, modelados, musicalizaciones, etc. los niños reproducen mucho de lo que ven, pero no se limitan a recordar experiencias vividas, sino que las reelaboran creativamente, construyendo de esta manera, a través de distintas combinaciones, otras nuevas. Cabe aclarar que la combinación creadora no se da natural ni repentinamente. A cada etapa evolutiva le corresponde una forma de creación que le es propia y que está directamente relacionada con la experiencia acumulada. Por eso es falso suponer que los niños poseen mayor imaginación o creatividad que los adultos. Esto se justifica simplemente por que los niños han vivido menos tiempo que los adultos y por lo tanto poseen menor cantidad de experiencias que les permitan desarrollar su creatividad. Lo que si puede afirmarse es que la actividad creativa se relaciona directamente con la variedad y la riqueza de la experiencia acumulada. Vigotsky , su obra “La Imaginación y el Arte en la Infancia” al analizar la relación entre la fantasía y la realidad plantea cuatro tipo de vinculaciones: la primera marca la relación entre la experiencia acumulada y la creación, la segunda entre elementos complejos de la realidad y productos de la fantasía, la tercera corresponde al enlace emocional (los sentimientos influyen en la imaginación – la imaginación influye en los sentimientos) y la cuarta se refiere a que la fantasía puede representar algo completamente nuevo, no existente en la experiencia del hombre Así llegamos a una importante conclusión pedagógica: es necesario ampliar la experiencia del niño si queremos brindarle una sólida base para su actividad creativa. Si el niño no conoce por una experiencia anterior elementos que le permitan inventar, no podrá crear o recrear, ya que es la combinación de estos elementos lo que constituye algo nuevo, creador, que pertenece al niño...combinar lo antiguo con lo nuevo, sienta las bases de la creación. Sería un milagro que la imaginación pudiera crear algo de la nada o dispusiera de otra fuente de conocimiento distinta de la experiencia pasada. Como consecuencia de lo anterior llegamos a la fundamentación de la intervención docente, ya que deberán ser los maestros los responsables de brindar a sus alumnos experiencias creativas, desde el Área Artística, que sirvan de base a nuevas creaciones o a recreaciones. 4. A MODO DE CIERRE Debe quedar claro que la función de la Educación Artística en el sistema educativo no consiste en la formación de artistas, para eso se encuentran las instituciones especializadas, pero si debe brindar el conocimiento de las técnicas, los recursos, los materiales y su organización, la posibilidad de expresarse y comunicarse. Es mi convicción que a la escuela, como institución especializada en brindar educación, le cabe la tarea de desarrollar acciones que posibiliten el disfrute y la producción de Arte en sus diversas manifestaciones. Debe ofrecer a los alumnos la oportunidad de conocer y aprender los distintos lenguajes artísticos, como lenguajes alternativos. El aprendizaje de los lenguajes artísticos, implica el conocimiento de sus facetas sintácticas, semánticas y pragmáticas. Este tipo de conocimiento contribuirá a alcanzar competencias complejas relacionadas al desarrollo de la capacidad de abstracción, a la construcción de un pensamiento crítico y divergente y a la apropiación de valores culturales. Por lo tanto, apropiarse de estos conocimientos permitirá a los alumnos, realizar su propia elaboración y producción de expresiones artísticas, además de capacitarlos para apreciar las producciones de los demás, sean estas las de sus compañeros o las de artistas del pasado, del presente, del ámbito local o del contexto mundial. BIBLIOGRAFÍA CALVO, Marta: “La Educación por el Arte” en Artes y escuela. Cap.7. Buenos Aires Paidós 1998 VIGOTSKY, L.S.: “Imaginación y el arte en la infancia” (ensayo psicológico). Bs. As. Akal, 1982 HARGREAVES, D. J.: “Infancia y educación Artística”. Madrid. Morata. 1991. STOKOE, Patricia: Expresión Corporal. Arte, Salud y Educación. Buenos Aires Humanitas. 1990 Documentos DIRECCIÓN GENERAL DE CULTURA Y EDUCACIÓN Subsecretaría de Educación Dirección de Educación Artística: Documentos pedagógicos “Fundamentación La Educación Artística en el Sistema Educativo” http\ Abc.gov.ar 2002 DIRECCIÓN GENERAL DE CULTURA Y EDUCACIÓN Subsecretaría de Educación Dirección de Educación Artística: La Educación Artística en la E.G.B. Con Jornada Completa Documento Para Capacitadores http\ Abc.gov.ar 2002 DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN ARTÍSTICA: “Acerca de DEA Documento Curricular Jornada Completa Inicial, EGB, Especial, Polimodal” Escuelas de Educación Estética Nivel Medio Terciario No Universitario Documento Curricular B-1 Fundamentos y Propósitos del Área . http\ Abc.gov.ar 2002 DIRECCIÓN GENERAL DE PLANEAMIENTO Dirección de Currícula. Aportes para el desarrollo Curricular Educación Inicial 2002.